Descripción Arqueológica

El castillo de La Estrella se asienta sobre un cerro testigo con un amplio domino del territorio que presenta unas fuertes pendientes en todos sus flancos, salvo en el sudeste, estando rodeado el mismo por un meandro del rio Segurilla y muy próximo al río Jabalón.

La fortaleza contó con varios recintos perfectamente diferenciados (Gallego, 2005).

El primero y más bajo, localizado en la ladera sur, se corresponde con una muralla que envolvía la puebla medieval. Se puede apreciar su trazado en la vista aérea, aunque en superficie sólo se pueden documentar los restos de dos lienzos que no superan los 5 m de longitud. Esta cerca partía desde la torre del Homenaje, corría a media ladera hasta llegar a la Ermita de Nuestra Señora de la Estrella y de ahí volvía a ascender hacia el noreste.

El segundo recinto, denominado por Amador Ruibal como Sector Exterior (1987: 166-170), contaba con una longitud mural fortificada de 288 m. Está asociado con al antemuro de la fortaleza que rodeaba toda la zona superior del cerro, salvo el espacio ocupado por la Torre del Homenaje, y que estuvo compuesto por “siete cubos de cal y canto con el de la puerta” (De la Peña, 1961: 68). Este sector se corresponde a grandes rasgos con la fortaleza de época islámica, que fue transformada ligeramente en tiempos cristianos, documentándose en la realización de la misma un amplio abanico de técnicas y fases constructivas.

En el flanco sur las defensas se encuentran muy perdidas, apoyándose las cimentaciones en los cortados de roca que han sido trabajados para conseguir verticalidad. Destaca el área donde muy probablemente se localizada la denominada “puerta de palo”, entrada a la fortaleza por este flanco, y donde actualmente se pueden documentar dos torres macizas, una de ellas retranqueada, entre las que parece adivinarse un hueco que se puede identificar con este acceso. En el área noroccidental se disponen dos torres, también macizas, adelantándose a un tramo de muralla que se construye en aquellos puntos donde las defensas naturales son más reducidas. Por último, todo el frente norte se encuentra muy arrasado, observándose únicamente la cimentación de la muralla que se adapta a la topografía del terreno y la presencia de cuatro torres, aunque dos de ellas sólo se intuye su basamento.

El tercer recinto, Sector Interior en el trabajo de Ruibal (1987: 170-174) se corresponde con el alcázar santiaguista, que supone una reducción de espacio en relación con el hisn musulmán. Está ocupando la cota más elevada del cerro y se adapta a la topografía del terreno. Su fábrica es muy homogénea y se observa cómo responde en su mayor parte a un solo esfuerzo constructivo, uniéndose las torres con los lienzos murales que recorren el conjunto. Dentro del mismo se documentan tanto torres huecas cuadrangulares, con hasta tres pisos interiores, como otras macizas semicirculares que refuerzan todo el flanco norte.

En último lugar, el sector ocupado por la Torre del Homenaje, hoy desaparecida, se localizaba en el punto más elevado de la fortificación y podría corresponder con un recinto individualizado. En la actualidad se observan los restos de un gran muro de casi dos metros de anchura y la presencia de unas importantes cimentaciones sobre los cortados de roca. Esta construcción estaba separada del resto de la fortaleza mediante “…un muro que está delante de la Torre del Homenaje que va una puente levadiça a la dicha torre” (De la Peña, 1978: 70).